Chistes buenos.- Un panadero tenía un loro, al cual acostumbraba a poner sobre el aviso de la panadería, y el lorito siempre saludaba a todos los vecinos que pasaban por el frente.
Para una vecina muy alegre que pasaba todos los días por allí, el loro le tenía un saludo muy especial; cuando la dama pasaba el lorito le gritaba:
—Buenos días "meretriz".
La vecina contestaba el saludo del animal, moviendo la mano coquetamente.
Ante la permanente actitud del loro, la vecina consultó el diccionario para investigar que significaba la palabra "meretriz", y cuando lo supo se fue a reclamarle airadamente al dueño del animal, y el panadero castigó a su loro pintándolo de negro.
Al siguiente día ella pasó , como de costumbre por frente a la panadería y el lorito pintado de negro no la saludo ni dijo nada. Entonces la dama con aire triunfal le gritó:
—Así quería verte, calladito pajarraco asqueroso. El lorito con indiferencia levantó la cabeza y le contestó:
—Cuando estoy vestido de gala, con traje negro, no hablo con Meretrices
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