—Sor Raimunda, ya está oscuro y nosotras aún estamos lejos del convento...
—Tiene razón Sor Rita... ¿Y ya te diste cuenta que un hombre está siguiéndonos hace como un kilómetro?
—Si hermana, ¿Que estará pretendiendo ese tipo?
—Hermana, es lógico: nos quiere violar.
—Ay... Sor Raimunda, ¿Que vamos a hacer? ese hombre nos alcanzará en antes de 1 minuto.
—Separémonos. Tú vas para aquel lado y yo voy por aquel otro. El no podrá seguirnos a las dos, al mismo tiempo, y una de las dos se salvará.
—Si hermana, ¿Que estará pretendiendo ese tipo?
—Hermana, es lógico: nos quiere violar.
—Ay... Sor Raimunda, ¿Que vamos a hacer? ese hombre nos alcanzará en antes de 1 minuto.
—Separémonos. Tú vas para aquel lado y yo voy por aquel otro. El no podrá seguirnos a las dos, al mismo tiempo, y una de las dos se salvará.
Efectivamente, el hombre decidió seguir a Sor Raimunda... La otra monja llega al convento y se pone en oración a esperar a su compañera. Pasado un buen tiempo, llega la Hermana Raimunda.
—¡Hermana! —Exclama Sor Rita—,Gracias a la Virgen que llegó. Cuénteme lo que sucedió.
—Lo lógico —dice suspirando la recién llegada—: El hombre no podía seguirnos a las dos, entonces solo me siguió a mi.
—¿Y luego que sucedió?
—Lo lógico, yo comencé a correr lo mas rápido que pude y el corrió más rápido...
—¿Y entonces?...
—Luego sucedió lo lógico: el me alcanzó.
—¡Oh, Dios mío! —dijo aterrorizada Sor Rita—¿Y tú que hiciste?
—Hice lo lógico, me levanté el hábito.
—¡Oh no, Hermana! ¿Y que hizo el hombre?
—Él hizo lo lógico, se aflojó el cinturón y se bajó los pantalones.
—Oh, no, que tragedia!!! ¿Y que sucedió después?
—Lo lógico: ¡le gané! Una monja con el hábito levantado corre mucho más rápido que un hombre con los pantalones en los tobillos!!!
—¿Y luego que sucedió?
—Lo lógico, yo comencé a correr lo mas rápido que pude y el corrió más rápido...
—¿Y entonces?...
—Luego sucedió lo lógico: el me alcanzó.
—¡Oh, Dios mío! —dijo aterrorizada Sor Rita—¿Y tú que hiciste?
—Hice lo lógico, me levanté el hábito.
—¡Oh no, Hermana! ¿Y que hizo el hombre?
—Él hizo lo lógico, se aflojó el cinturón y se bajó los pantalones.
—Oh, no, que tragedia!!! ¿Y que sucedió después?
—Lo lógico: ¡le gané! Una monja con el hábito levantado corre mucho más rápido que un hombre con los pantalones en los tobillos!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario