Fue a la playa, se acostó enterrándose completamente en la arena, exceptuando aquella parte que aún tenía blanca, para broncearla con el sol.
Un rato más tarde, pasan por allí dos damas de la tercera edad, y de pronto, una de las viejitas ve algo emergiendo de la arena, empieza a tocarlo con el bastón, y exclama:
—!En realidad este mundo es injusto, nadie lo entiende!...
—¿Que es lo injusto? —dice la otra.
—Mira lo que hay ahí, entre la arena —Dice la primera inclinando su cuerpo, apoyándose con sus dos manos sobre el bastón, y continúa—:Cuando tenía 18 años, estaba curiosa por verlo;
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