Cuando su esposo regresó ella preguntó con coquetería, segura del resultado de los cosméticos.
—Amor mio, quiero que me digas sinceramente; ¿Que edad me calculas ahora?
El marido la observa detalladamente de pies a cabeza y responde:
—Por tu rostro, 22 años... por tu cabello, 20... por tu cuerpo, 25...
—Oh, por favor, no me adules más...- Musitó ella vanidosa
—¡No te precipites querida! - Exclamo el hombre. - Aún nos falta sumar..!!!!
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