La Confesión de JAIMITO

CHISTES BUENOS
     La madre de Jaimito recibe a un hombre en su alcoba, convencida de que van a estar solos, pero Jaimito curioso por saber lo que pasaba, se había escondido en el armario.
     Inesperadamente el esposo de la señora regresa a la casa y la infiel dama esconde al vecino en el mismo armario en que se había escondido Jaimito, y una vez que están los dos allí metidos se produce la siguiente plática:
     Jaimito: —Aquí está muy oscuro
     El hombre: —Tienes razón.

     Jaimito: —Tengo un bate de beisbol.
     El hombre: —Te felicito
     Jaimito: —Te lo vendo.
     El hombre: —No, no compro nada.
     Jaimito: —Mi papá está ahí afuera...
     El hombre: —Está bien, cuanto cuesta...
     Jaimito: —50 dolares.

     Una semanas más tarde Jaimito y el hombre se encuentran en la misma situación y en el mismo armario.
     Jaimito: —Aquí está muy oscuro.
     El hombre: —Tienes razón.
     Jaimito: —Tengo un Guante de beisbol.
     El hombre: —Te felicito
     Jaimito: —Te lo vendo.
     El hombre: —No, no compro nada.
     Jaimito: —Mi papá está ahí afuera...
     El hombre: —Está bien, cuanto cuesta...
     Jaimito: —70 dolares...
     El hombre: —¿Que? ¡eso es un robo!
     Juanito: —Me lo compras o grito..
     El hombre: —De acuerdo, te lo compro pero ya cállate.

     Unas semanas después, el padre de Jaimito invita al niño al parque y le dice:
     —Trae el bate y el guante que vamos a practicar un poco.
     El niño se rasca la cabeza y dice:
     —No puedo, yo vendí esas cosas..
     —¡Es imposible que hayas hecho eso, y en cuanto las vendiste! —Exclama el padre enfadado.
     —En 120 dolares... —Responde Jaimito inclinando la cabeza.
     —Como puedes engañar así a tus amiguitos, esas cosas no podían valer más de 20 dolares, ya estaban usadas, lo que hiciste está muy mal; Te voy a llevar a la iglesia para que confieses ese pecado. 
     Llegan a la iglesia, el niño se arrodilla frente al confesionario y por entre las rejas de la ventanilla trata de ver hacia el interior donde se encuentra el cura, pero como no puede ver nada dice:
     —Aquí está muy oscuro...
     Y el cura desde adentro exclama:
 —¿ QUE?  ¿OTRA VEZ TU? ¡ MOCOSO LADRÓN!!!



Aporte de MARCO ANTONIO 
                                 
                                 Diviértase:con los chistes de la columna derecha 
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