El bueno de Venancio muere en un incendio, y su cuerpo quemado queda casi irreconocible.
Para reconocerlo, las autoridades convocan a sus amigos inseparables; Luis y Pepe. El legista les muestra el cuerpo, y luego de mirarlo muy bien, los hombres dicen:
—Mira, por el rostro... podría ser Venancio, pero por el resto...
—¿Qué me quieren decir con «el resto»?—Pregunta el legista
Luis y Pepe se miran y contestan casi al unísono:
—Es que se supone que Venancio tenía dos enormes bolas ...
—¿Y cómo lo saben ? ¿se las vieron alguna vez? ¿se las palparon?
Luis mira a Pepe y contesta:
—Bueno, nosotros no se las palpamos ni nada de eso, pero todo el mundo lo sabía.
—¿Porqué piensan que todo el mundo lo sabía? —Pregunta de nuevo el legista.
—Muy sencillo; porque cada vez que entrábamos los tres a algún lugar, la gente decía:
¡¡¡AHÍ LLEGA VENANCIO CON ESE PAR DE ENORMES BOLAS...!!!
Para reconocerlo, las autoridades convocan a sus amigos inseparables; Luis y Pepe. El legista les muestra el cuerpo, y luego de mirarlo muy bien, los hombres dicen:
—Mira, por el rostro... podría ser Venancio, pero por el resto...
—¿Qué me quieren decir con «el resto»?—Pregunta el legista
Luis y Pepe se miran y contestan casi al unísono:
—Es que se supone que Venancio tenía dos enormes bolas ...
—¿Y cómo lo saben ? ¿se las vieron alguna vez? ¿se las palparon?
Luis mira a Pepe y contesta:
—Bueno, nosotros no se las palpamos ni nada de eso, pero todo el mundo lo sabía.
—¿Porqué piensan que todo el mundo lo sabía? —Pregunta de nuevo el legista.
—Muy sencillo; porque cada vez que entrábamos los tres a algún lugar, la gente decía:
¡¡¡AHÍ LLEGA VENANCIO CON ESE PAR DE ENORMES BOLAS...!!!
ME GUSTO!!!!!
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