CHISTES BUENOS
Se encontraron tres misioneros en el África; Uno era un cura católico, otro un pastor evangélico, y el tercero era un rabino. Mientras tomaban un refresco, a uno se le ocurrió decir que predicarle a los seres humanos era una labor relativamente fácil, que difícil sería convertir a un animal; un gorila por ejemplo.
Los tres lo tomaron como un reto y se metieron a la selva a buscar cada uno un gorila para convertirlo.
Una semana después se encontraron en el hospital de la ciudad, para contarse sus respectivas experiencias en el experimento. El curita católico quien tenía los ojos amoratados, una oreja vendada y un brazo vendado atado al pecho, fue el primero en hablar.
—Bien, yo encontré a un gorila subido en un árbol y desde abajo empecé a leerle el catecismo, pero el animal no me entendía y desde arriba se abalanzó encima y me cogió a puñetazos. Como pude saqué de mi mochila el agua bendita, se la tiré por la cara, y el gorila inmediatamente quedó manso como un cordero y arrodilló a mi lado a escuchar mi lectura.
El pastor evangélico, apoyado en unas muletas, con sus dos piernas enyesadas, y con moretones en toda la cara, tomo la palabra diciendo:
—Cuando yo encontré al gorila, lo enfrente sin miedo, y colocándome cerca a él, empecé a leerle la Palabra del Señor; el gorila me hizo un ademán de indiferencia y trato de retirarse, pero yo lo tomé por un brazo y en el forcejeo rodamos por una empinada colina, hasta caer a un pequeño arroyo; allí aproveche para hundir su cabeza en el agua y lo bauticé. Quedo tan manso que ahora vive en mi departamento y escucha la Palabra todos los días.
—Cuando yo encontré al gorila, lo enfrente sin miedo, y colocándome cerca a él, empecé a leerle la Palabra del Señor; el gorila me hizo un ademán de indiferencia y trato de retirarse, pero yo lo tomé por un brazo y en el forcejeo rodamos por una empinada colina, hasta caer a un pequeño arroyo; allí aproveche para hundir su cabeza en el agua y lo bauticé. Quedo tan manso que ahora vive en mi departamento y escucha la Palabra todos los días.
El rabino se encontraba postrado en una cama con su cuerpo totalmente vendado, con suministro de suero en un brazo y suministro de sangre en el otro. Haciendo un gran esfuerzo para hablar finalmente dijo:
—Creo que yo me equivoqué en el método escogido... pero es que estaba tan seguro de que el gorila se convertiría si yo le hacia la CIRCUNCISIÓN...
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