—Todos a apostar para ganar dinero. Tiren un billete de 1.000 y el que adivine la adivinanza se lleva todo el dinero. Si nadie adivina, gana la casa.
El pregón del vividor era tan convincente que todos los presentes empezaron a poner sus $1.000 hasta cubrir la sábana. Entonces el avivato dijo:
—La adivinanza es: "una prenda de vestir cuyo nombre empieza con la letra U."
Los apostadores se miraban y hablaban entre si. pero nadie contesto la adivinanza. Entonces el vividor dijo:
—La respuesta es U... Una camisa... Nadie adivinó, gana la casa. - y empezó a recoger todo el dinero. Luego informó que les iba a dar la revancha y los animó a apostar nuevamente. Cuando la sábana estuvo llena de dinero el vividor dijo:
—La adivinanza es: "Prendas de vestir y empieza con la letra D."
Nuevamente los apostadores no atinaron a decir nada y el vividor dijo:
—La respuesta es..D... Dos camisas!. Nadie adivinó, gana la casa nuevamente" —Y empezó a recoger todo el dinero apostado. Repentinamente el vividor tuvo un reato de conciencia y pensó: "No puedo seguir ganando así de fácil Se me puede dañar el negocio. Voy ponérsela bien fácil para que esta vez ganen ellos". De nuevo los animó a apostar para tener la revancha y cuando la sábana estuvo llena dijo:
—La adivinanza es: "Empieza por agua, termina en cate, es verde por fuera, amarillo por dentro y en la mitad tiene una pepa de aguacate."
Y ahora si, los apostadores de aquel famoso pueblo, sonrientes y felices contestaron casi en coro:
—¡¡¡TRES CAMISAS...!!!
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