Ella en medio de la solitaria carretera, no tiene más remedio que hacerle señas a un camión para que le ayuden a salir del trance.
El camionero atiende la emergencia, soluciona el percance, y la novicia muy contenta le dice:
—Gracias señor, ahora no se como pagarle... no traigo dinero...
El camionero observa detenidamente la atractiva figura de la novicia y le responde:
—No es necesario el dinero... hay otras maneras de agradecer...
La novicia entiende la sugerencia de su benefactor, lo mira, y no lo encuentra nada mal, así que contra sus principios religiosos, decide pagarle con un poco de "amor", ya que no hay otra solución.
El camionero se entrega a disfrutar de las delicias que le ha deparado la ocasión, y cuando terminan la novicia exclama:
—¡Santa María! ...Mis compañeras del convento no van a creer que durante mi viaje he tenido 3 relaciones intimas...
—Usted me disculpa, pero está confundida; ha sido una sola vez, y no 3 como usted dice —aclara el camionero un poco arrepentido.
—Si, tiene razón...—Dice la novicia y agrega—. Pero con este viejo coche y en esta empinada cuesta... ¡¡¡TENDRÉ QUE PEDIR AYUDA MÍNIMO 2 VECES MÁS...!!!
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