—No os asustéis, en realidad no soy un marrano; soy una hermosa, erótica y sensual princesa, victima de una mala bruja medieval, que mediante un hechizo me ha convertido en este puerco animal. Llevo cientos de años soportando éste cuerpo, pero si recibo un beso tuyo, volveré a ser la princesa con todos mis encantos y atributos físicos, y te recompensaré con miles de goces y deleites que te puede brindar mi concupiscible y voluptuoso cuerpo, por todo el tiempo que tu quieras...
El anciano se quita el cinturón, lo ata al cuello del cerdo, y tira de él para conducirlo hacia su casa. El marrano un tanto desconcertado por la actitud del hombre pregunta:
—Entiendo tu ansiedad por llevarme a casa y poseerme, pero ¿no vas a besarme primero?
—¡No! —responde el hombre—. Con los años que tengo, es más divertido y lucrativo tener un MARRANO QUE HABLA, EN VEZ DE UNA MANIÁTICA SEXUAL.!!!!!!!
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Un Día sin Sonrisas es un día gris…
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