CHISTES BUENOS
Un hombre de 80 años de edad, va a su chequeo anual de salud, y la doctora le ordena una muestra de su esperma, y para el efecto le entrega un pequeño frasco esterilizado, ordenándole que se lo traiga al día siguiente con lo que pueda recoger de semen, para enviarlo al laboratorio.
Al día siguiente llega el anciano con el frasco vacío y limpio, como ella se lo había entregado.
—Pero... ¿ que pasó? —Pregunta la médico extrañada.
—Pues verá usted doctora; primero lo intente con la mano derecha y no pude. Afortunadamente para algunas cosas soy ambidiestro, así que lo intente son la izquierda y nada.
»Mi esposa quiso ayudarme y lo intentó con una mano y nada; lo intentó con la otra y tampoco; Entonces ella decidió hacerlo con la boca aún con los dientes puestos, y nada; se quito los dientes en un esfuerzo más, y el mismo resultado, nada.
»Mi cuñada que estaba observándonos desde hacia rato nos ofreció su ayuda de mujer experta; Probó haciéndolo en todas las posiciones que se le ocurrieron pero también fracasó.
»Llamamos a la vecina del frente que es mucho más joven, y entró ella muy optimista diciendo que que nosotros ya habíamos perdido el toque para estas cosas, e inmediatamente empezó con la boca; pero no pudo, con las manos; no pudo, debajo de un brazo; no pudo, con las rodillas; no pudo, metiéndolo entre sus piernas; no pudo... todos fracasamos en el intento doctorcita...
»Mi cuñada que estaba observándonos desde hacia rato nos ofreció su ayuda de mujer experta; Probó haciéndolo en todas las posiciones que se le ocurrieron pero también fracasó.
»Llamamos a la vecina del frente que es mucho más joven, y entró ella muy optimista diciendo que que nosotros ya habíamos perdido el toque para estas cosas, e inmediatamente empezó con la boca; pero no pudo, con las manos; no pudo, debajo de un brazo; no pudo, con las rodillas; no pudo, metiéndolo entre sus piernas; no pudo... todos fracasamos en el intento doctorcita...
La doctora estaba muda escuchando lo que contaba el anciano, pero reponiéndose de su estado, por fin habló:
—Que le hubiese pedido ayuda a su esposa, está bien... pero, ¿a su cuñada y a su vecina?
Y el Abuelo contesta:
—Si, mi querida doctora... Pero, ninguno de nosotros pudo abrir el frasco...!!!
Y el Abuelo contesta:
—Si, mi querida doctora... Pero, ninguno de nosotros pudo abrir el frasco...!!!