En un hospital geriátrico platican tres ancianos con respecto a los problemas de sus necesidades fisiológicas que los tienen allí hospitalizados.
—El problema mio —Dice el primero—, Es que a cada momento siento la necesidad de ir al sanitario a evacuar el riñón, voy y estoy hasta una hora parado frente al inodoro, y no me sale nada....
—El mio es mucho más grave —Dice el segundo anciano—. Casi durante todo el día estoy sintiendo deseos de ir al inodoro a evacuar el estómago, y puedo pasar horas allí sentado, y nada; solo gases...
—El problema mío es peor que el de ustedes... —Dice el tercer anciano.
—Tienes problemas para evacuar la orina? —Pregunta uno de ellos.
—No, con la orina soy como un relojito. Todos los días a las 7 en punto estoy orinando como un caballo en el potrero...
—Entonces tienes problemas para evacuar el estómago? —Pregunta el segundo.
—No, el estómago se me mueve correctamente; también como un relojito... Todos los días a las 7:30 estoy evacuando muy placenteramente.
—Si orinas todos los días a las 7 en punto de la mañana, y haces del cuerpo todos los días a las 7:30 de la mañana, sin problemas y placenteramente, entonces ¿que es lo que te aqueja?
—Si, mi cuerpo es muy puntual para esas cosas... el problema mío es, que yo solo me despierto como un relojito, todos los días a las 8 en punto...!!!!!! y ya para qué.
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