Un avión se accidenta en la mitad del desierto, y únicamente sobreviven al siniestro dos religiosos; Un cura y una monja.
Empiezan a caminar sin rumbo y cuando se sienten desfallecer se detienen y elevan sus oraciones para ser salvados de una muerte inminente, y ocurre algo que parece ser un milagro; aparece una camella caminando hacia ellos.
Luego de orar para agradecer ese milagro, se suben en animal y viajan durante horas, durante días hasta que la camella cae muerta del cansancio. Ellos vuelven a orar pidiendo un nuevo milagro que los salve, pero esta vez su plegarias parecen infructuosas.
Cuando ya no tienen esperanzas se sientan al lado de la camella y el cura dice:
—Creo que ya estamos condenados a morir, y como condenados tenemos derecho a pedir nuestro último deseo...
—Si padre —Dice la monja—, ¿Y cual es su último deseo?
—Mi último deseo, hija mía, es ver algo que nunca he visto: una mujer desnuda.
—Yo le puedo cumplir ese deseo —Dice la monja despojándose de sus vestiduras.
—Y tu último deseo cual es... —Pregunta el curita sin quitarle los ojos de encima.
—Mi último deseo es parecido al suyo padre; nunca he visto a un hombre desnudo...
El cura sin hacer ningún comentario también se desnuda, y naturalmente la situación hace que se excite un poco. La monja se queda mirando con curiosidad lo que le ocurre al hombre desnudo y pregunta:
—Padre, eso que tiene ahí, abajo, ¿que es? ¿porqué se endereza? ¿para qué sirve?...
—Eso hija mía —responde él—, es con lo que la naturaleza ha dotado a los hombres para dar vida.
—¡Seguro padre? ¿ Eso sirve para dar vida?
—Si hija, así es...
—Ay padre —dice la monja, y agrega—, entonces... ¡¡¡¡introdúzcaselo a la camellita a ver si nos salvamos...!!!!
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